Rojo y negro se combinan de forma armoniosa en el traje regional palentino. Es habitual que a las fiestas populares algunos palentinos acudan con el traje tradicional de la provincia.
El traje regional de la mujer es más vistoso, compuesto por un corpiño de terciopelo negro, una sobrefalda de paño color rojo con bordados en negro y con un delantal de color azabache. Las palentinas tienen el privilegio de poder lucir una banda de oro sobre el traje, concesión real hecha por Juan I como reconocimiento al valor de las mujeres palentinas en la defensa de la ciudad.
El traje regional del hombre se basa en una camisa blanca de lino sin cuello, chaleco, chaqueta ligeramente corta y sombrero de color negro, calzón y polainas; todo ello adornado con un fajín rojo.
Estos trajes experimentan algunas variaciones dependiendo de la localidad y de la ocasión, ya que no es igual el traje de gala que el de faena. El cambio es muy significativo en los danzantes que están presentes en las fiestas y romerías populares. En este caso son los hombres los que se visten con trajes blancos, con faldas y enaguas almidonadas y multitud de cintas de colores que sirven para realizar las danzas típicas en honor del patrón o la patrona del pueblo, cuyo origen se remonta en algunos casos hasta la época celtibérica.
Historia del traje regional palentino
La indumentaria tradicional palentina parte de la habitual en el siglo XVIII, con algunos elementos medievales y renacentistas. Se empezó a fijar el traje regional como el representante de la provincia y de su identidad. Algunas investigaciones como la de Carlos Porro demuestran que la vestimenta tradicional palentina puede tener su origen en las panaderas del municipio de Grijota.
Origen de la banda dorada del vestido regional de Palencia
La banda de oro que lucen las mujeres palentinas sobre su traje regional tiene su origen en una concesión realizada por el rey Juan I en el año 1388, debido a la heroica defensa que las mujeres palentinas hicieron de la ciudad en ausencia de los hombres frente a las tropas inglesas del Duque de Lancaster.
Las mujeres palentinas gozan del título de caballeros de honor y no tienen que inclinarse ante ningún rey. Estos privilegios son consecuencia de un hecho histórico acaecido bajo el reinado de Juan I, cuando aprovechando la debilidad de la corona castellana y leonesa, el duque de Lancaster intentó invadir la Península Ibérica y reclamar el trono.
Tras ganar varias batallas las tropas inglesas llegaron a Palencia. Debido a la guerra, la mayoría de los hombres palentinos se encontraban en el frente, por lo que cuando llegaron las tropas de asedio, prácticamente solo quedaban mujeres y niños en la ciudad. Sin embargo, lejos de rendirse, las palentinas se organizaron para hacer frente al invasor y lograron derrotar al ejército de Lancaster, que renunció en sus pretensiones dinásticas.
Esta gesta quedó reflejada en el traje regional palentino con esa característica banda dorada con la que se completa el atuendo. Hasta entonces, el privilegio de usar bandas de oro encima de los tocados y las ropas estaba reservada exclusivamente a los caballeros.
Los trajes regionales contienen la historia de sus lugares de procedencia y la muestran a través del tipo de tejido, de las insignias y bordados o de los adornos utilizados. Así sucede con el traje típico de Palencia, que mantiene vivo el recuerdo de las mujeres que defendieron la ciudad de las tropas inglesas a través de la insignia con la que fueron condecoradas y que lo hace único.
El atuendo regional palentino ha sido fuente de inspiración para numerosos diseñadores que han adaptado la personalidad de este traje a los tiempos actuales y han dado a conocer más allá de Palencia la hazaña de las mujeres palentinas.