Los silos han dominado el paisaje rural de nuestros pueblos durante décadas, pero nunca habían recibido tanta atención como ahora. Estas construcciones, más grandes que una catedral, se utilizan o utilizaban para almacenar el grano o cereal en los pueblos dedicados a la agricultura y están documentados ya desde la Antigua Grecia.
Ahora la mirada vuelve sobre los silos gracias a los murales que se han pintado sobre ellos. Una moda muy extendida en Australia y en muchos municipios manchegos que también ha llegado a la provincia de Palencia.
Silos pintados en Palencia
Los silos pintados es una iniciativa para revitalizar el turismo rural en zonas ya olvidadas en Tierra de Campos. Utilizar el arte para combatir el paso del tiempo y el olvido de algunos de nuestros pueblos.
Esta galería de arte al aire libre ha conseguido hacer más visible esta comarca de la mano del proyecto denonimado «Del cemento al lienzo» de la asociación Araduey Campos.
Se han utilizado los silos como lienzos para que artistas como Nano Lázaro o Manuel García representen algo carácterístico de la comarca. Hasta el momento Frechilla, Cisneros y Castromocho son algunos de los ejemplos en los que podemos ver estos grafitis transformando los muros de los silos en pinturas gigantes.
En particular, el mural de Frechilla lo protagonizan dos vecinos del pueblo vestidos con el traje regional de Palencia e interpretando el baile tradicional de la localidad: la redondilla.
Los grafitis no son exclusivos de los silos; muchas localidades han apostado por los murales para dar vida a las paredes de sus casas y llenar de color las calles. En Villaherreros existe desde hace años la ruta de los murales que reúne una veintena de obras.
