Villalcázar de Sirga es un pequeño pueblo de la provincia de Palencia situado en pleno Camino de Santiago y cuya historia recuerda a los Templarios. Está situado en la comarca natural de Tierra de Campos, entre las localidades de Frómista y Carrión de los Condes, y perteneció antaño a la Orden del Temple y posteriormente a la Orden de Santiago, algo que sigue presente en sus edificaciones.
Con menos de 200 habitantes en la actualidad es considerado uno de los pueblos más emblemáticos de Palencia. Entre su patrimonio histórico encontramos la Iglesia de Santa María la Blanca, el Palacio de los Condes de Villasirga, hoy convertido en casa consistorial, y la Ermita de Nuestra Señora del Río.
La Catedral de los Templarios
En Villalcázar de Sirga la Orden de los Caballeros Templarios fundó una de las encomiendas más importantes que hubo en Catilla y construyó la Iglesia de Santa María la Blanca a finales del siglo XII. Un antiguo templo y fortaleza defensiva cuyo estilo arquitectónico tiene trazos del románico y del gótico.
Fue un lugar de devoción muy famoso gracias a la literatura. El rey Alfonso X el Sabio compuso las Cantigas de Santa María con motivo de una de las imágenes de la virgen que se hallan en el templo. A esta virgen, la Virgen Blanca, se le atribuye la curación milagrosa de algunos peregrinos, como describe el monarca en sus cantares. Se dice que debido a la cantidad de peregrinos que se acercaban a Villalcázar de Sirga buscando la protección de la Virgen de Santa María, el Camino de Santiago hizo una pequeña desviación para aproximarse a este lugar.
En el exterior, además de las grandes dimensiones de la iglesia, que poco tiene que envidiar a las catedrales castellanas, lo más llamativo es la fachada que da acceso al templo. La entrada está cobijada bajo un altísimo pórtico de cinco arcos apuntados decorado con pequeñas esculturas.
En el interior encontramos una auténtica reserva de la historia. La iglesia consta de tres naves con bóvedas de crucería sencilla dedicadas a la Santa María la Blanca, además de las cinco capillas de la cabecera. Impresiona el retablo mayor, añadido unos siglos después, y la capilla de Santiago, iluminada por un rosetón, donde se custodia la imagen de la Virgen de las Cantigas y tres sepulcros de piedra policromada de gran calidad artística.
Muchos son los que se acercan para ver el Pozo de los Templarios en la Nave del Evangelio. Cuenta la leyenda que este pozo conducía a unos pasadizos bajo tierra que eran utilizados por los caballeros templarios en caso de necesidad o asedio de la ciudad.
Todas estas características han convertido a la Iglesia de Santa María la Blanca en uno de los templos medievales más populares de la Ruta Jacobea a su paso por las tierras de la provincia de Palencia.
Horario de visita a la Iglesia de Santa María la Blanca e información práctica
En la temporada estival, que comprende del 1 de mayo al 15 de octubre, permanecerá abierto todos los días en horario de 10:30 a 14:00 y de 16:30 a 19:00. El resto del año, del 16 de octubre al 30 de abril, solo estará abierta los fines de semana y días festivos de 12:00 a 14:00 y de 17:00 a 18:30.
El coste de la entrada para poder visitar la iglesia será de 1 euro para los peregrinos con acreditación y 1,5 euros para el resto de visitantes.
Villasirga, como se le conoce entre los vecinos, es paso del Camino que llega hasta Compostela, por lo que sus calles las visitan cada año miles de peregrinos y turistas. Para hacer un alto en su viaje se puede acudir a la cafetería del Palomar del Camino y para almorzar, el Mesón de Villasirga es vuestro lugar; un restaurante de comida tradicional en el que el lechazo churro asado y la morcilla de elaboración casera son las especialidades de la casa. El punto dulce a este pueblo lo pone La Perla Alcazareña, una confitería con cuatro generaciones de reposteros a sus espaldas que elaboran los dulces típicos del lugar como almendrados y amarguillos. Los que quieran llevarse un recuerdo de su paso por esta tierra lo podrán buscar en el Desván del Infante, la tienda de souvenirs. Por último, los viajeros que lleguen al final de su jornada en la villa pueden descansar en alguno de sus hostales, el Hostal Las Cantigas o el Hostal Infanta Doña Leonor; y los peregrinos tienen dos alternativas más económicas para mitigar el cansancio: el Albergue Don Camino y el Albergue Municipal de Villalcázar de Sirga.