Entre las llanuras de Tierra de Campos y la Montaña Palentina se encuentra la Ojeda, un territorio salpicado por importantes muestras del arte románico. Casi todos los pueblos del entorno conservan, en mayor o menor medida, algún resto de este estilo arquitectónico. Suelen ser pequeñas poblaciones, de esa España cada vez más vaciada, que se agrupan en torno a verdaderas joyas románicas y le han otorgado a Palencia el privilegio de tener la mayor concentración de monumentos románicos de toda Europa. En las siguientes líneas vamos a hacer un recorrido por los pueblos más importantes de la comarca de la Ojeda que aún conservan muestras del románico palentino.
El Monasterio de San Andrés de Arroyo, construido entre los siglos XII y XIII, es un excelente ejemplo del arte cisterciense. Otra de las joyas del románico de la zona es la iglesia del antiguo monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos (Olmos de Ojeda) y el magnífico pórtico de Moarves de Ojeda, que sorprende a cada visitante. Algunos tesoros de Perazancas son su iglesia parroquial y su casco antiguo, gran exponente de la arquitectura popular. Asimismo, la pila bautismal de Colmenares de Ojeda es seguramente la que se ha labrado con mayor nivel de detalle de toda la provincia. Lugares y pueblos emblemáticos que son visita obligada si te atrae el románico rural.
Alar del Rey
Alar del Rey no solo es conocido por ser el kilómetro cero del Canal de Castilla, sino también por la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, del siglo XIX. El trazado de la iglesia se construyó en base a dos proyectos diferentes: primero, en el año 1898 se levanta el templo como tal gracias al arquitecto diocesano Francisco Reinols y al maestro albañil Faustino García de Reinosa; más tarde, se hace la torre campanario, de estilo modernista, siguiendo el proyecto del afamado arquitecto palentino, Jerónimo Arroyo, del año 1914-1916. La torre de base cuadrangular descansa sobre tres arcos que dan acceso a la puerta principal.
Amayuelas de Ojeda
En Amayuelas de Ojeda, uno de esos pueblos casi desiertos de la España vaciada, puede verse la iglesia parroquial de la Asunción y la ermita de Santa Marina, con escasos restos del románico rural palentino.
La iglesia de la Asunción tiene dos tramos con bóveda de arista, coro alto a los pies, de madera, cubierta con bóveda de cañón con lunetos, pórtico de madera al lado de la epístola y espadaña de dos cuerpos a los pies; ábside y canecillos románicos. En su interior destaca el retablo neoclásico con escultura de Santa Marina del siglo SVIII.
Becerril del Carpio
Becerril del Carpio es una localidad formada hoy en día por los siguientes núcleos de población: Barrio de Santa María, Barrio de San Pedro y Puebla de San Vicente. Cada uno de ellos cuenta con una iglesia románica de bella factura: la iglesia de Santa María, la iglesia de San Pedro y la iglesia de San Vicente. Asimismo, también se conserva alguna casa blasonada del siglo XVII y en Barrio de San Pedro, además, un rollo gótico jurisdiccional.
Puebla de San Vicente
La iglesia románica de San Vicente fue declarada Bien de Interés Cultural en 1992. Se construyó a principios del siglo XI como parte de un monasterio benedictino regido por Isabel, esposa del rey Alfonso VI, quien la cedió a los monjes cluniacences de Oña en el año 1103.
Tiene una única nave rectangular con ábside semicircular de principios del siglo XII, que constituye la parte más antigua que se conserva de la iglesia. La portada está formada por tres arquivoltas decoradas con motivos geométricos, que se sustentan sobre capiteles, labrados en piedra arenisca. Las ventanas del ábside tienen la misma decoración que la portada. Uno de estos capiteles que representa un simio es igual a otro que encontramos en la iglesia de San Martín de Frómista. El alero de la iglesia está formado por un total de 38 canecillos e impostas ajedrezadas alrededor del muro que enmarcan tres ventanales.
El interior fue finalizado un siglo después y es de formas sencillas. El espacio está delimitando por un arco triunfal con capiteles decorados con palmetas y bolas iguales dos a dos.
Barrio de Santa María
La iglesia de Santa María en Becerril del Carpio es Bien de Interés Cultural desde 1993. A pesar de su origen románico, hoy en día apenas conserva restos de tal época, debido a las numerosas reformas que ha experimentado a lo largo de los años. Existen pocas referencias sobre el edificio originario, aunque se sabe que fue construido aprovechando las ruinas de una antigua fortificación. Asimismo, al igual que ocurre con la iglesia de San Vicente, se cree que formó parte de un antiguo monasterio.
Este templo es de una nave única cubierta con bóveda de cañón. La capilla mayor y sacristía están cubiertas de crucería gótica. En el interior, tanto el retablo mayor, como el Calvario y la escultura de la Virgen con el niño son de época gótica. La espadaña está fechada en 1262.
Barrio de San Pedro
En el Barrio de San Pedro de Becerril del Carpio se encuentra la iglesia de San Pedro, que también fue declarada Bien de Interés Cultural en 1993. Esta iglesia del románico rural construida en piedra arenisca destaca por su portada románica, que en la actualidad está cegada. Es de pequeñas dimensiones, tiene una sola nave con tres tramos y ábside cuadrado. La sacristía está cubierta con una interesante bóveda de crucería octogonal. En el interior podemos ver una pila bautismal tardorrománica, el arco triunfal apoyado sobre pilastras con capiteles góticos y unas pinturas murales tras el altar mayor que apuntan al Maestro de San Felices del siglo XV.
Además, en el Barrio de San Pedro puede verse un Rollo Jurisdiccional de los mejor conservados de la provincia de Palencia. Este rollo de justicia fue declarado BIC en 1960. Esta columna salomónica se levanta en una de las plazas del pueblo sobre cuatro peldaños de piedra con un fuste labrado con espirales y flores de cuatro pétalos, acabado en un pináculo gótico con el escudo de la Casa de Velasco. Esto se debe a que la familia Velasco era la encargada de dispensar justicia en el territorio.
Berzosa de los Hidalgos
Berzosa de los Hidalgos es una pedanía perteneciente al municipio de Micieces de Ojeda, del que hablaremos más adelante. Este pequeño pueblo también tiene muestras de su pasado románico, la iglesia de San Cristóbal.
Se trata de un templo con muros de mampostería, formado por una nave cubierta con cielo raso y crucería en la cabecera. Espadaña de piedra en los pies. En el lado de la epístola, se abre la portada de arco de medio punto precedida de pórtico. Coro alto a los pies, de madera. En el lado del evangelio, retablo neoclásico con esculturas de la Virgen del Rosario y de Santa Catalina, ambas del siglo XVI. El retablo mayor, del siglo XVII, fue repintado en época neoclásica y cuenta con esculturas de San Cristóbal, San Francisco y San Juan Bautista, de los siglo XVI y XVII. En el ático se conserva un Calvario también del siglo XVII. Junto a la iglesia hay un olmo con más de trescientos años de antigüedad.
Colmenares de Ojeda
En este pequeño pueblo del norte de Palencia, con pocas casas, pocos habitantes y una iglesia de origen románico como otra cualquiera, se haya una pila bautismal románica de valor incalculable; una de las piezas más sobresalientes del arte románico en España.
La iglesia de San Fructuoso del siglo XVI tiene un gran soportal con bóveda de nervaduras góticas. Consta de dos naves, con pilares, uno de ellos con capiteles románicos que soportan una bóveda de crucería estrellada. El presbiterio tiene un retablo mayor barroco.
No obstante, todo queda eclipsado por la pila bautismal, que para muchos es la más sorprendente de las muchas que tiene Palencia. Tallada en piedra arenisca con esmerados altorrelieves que representan diversas escenas: una ceremonia de bautismo por inmersión, otra representa a diversas mujeres ante el sepulcro vacío de Cristo y la última, pese a que ha suscitado diversas teorías, se atribuye al pasaje de los discípulos de Emaús. El cuerpo de la pila se apolla sobre una troncocónica decorada con motivos vegetales. Numerosos historiadores del arte sitúan el origen de la pila de Colmenares de Ojeda en las últimas décadas del siglo XII.
Cozuelos de Ojeda
Cozuelos de Ojeda cuenta con una de las iglesisas más bellas de la comarca de la Ojeda, la iglesia parroquial de la Asunción (1526). Consta de tres naves separadas por pilares que soportan bóvedas de crucería estrellada. A los pies, una esbelta torre herreriana de tres cuerpos con inscripción en el interior.
En su interior guarda un conjunto de retablos sorprendente: en la nave del evangelio, un retablo del siglo XVIII y en su parte más alta un San Lorenzo de estilo gótico del siglo XIV; en el presbiterio, un retablo rococó atribuido a la escuela de Francisco Giralte.
En el exterior de la iglesia se conservan los restos de un conjuradero de nublos, una curiosa construcción habitual en las zonas campesinas de Castilla para bandecir los aires y alejar los daños que algunos fenómenos atmosféricos, como el granizo o los rayos, tenían sobre las cosechas.
Cubillo de Ojeda
En esta localidad perteneciente al municipio de Cervera de Pisuerga encontramos la iglesia de San Pedro en un alto del terreno. Es de estilo románico y fue construida a principios del siglo XII. Consta de una única nave y ábside de tambor. Parece que la iglesia tuvo un artesonado mudéjar del que se intuye alguna parte en las vigas del coro. La iglesia también tiene una arco triunfal apuntado y un torreón rectangular del siglo XV, que anteriormente fue espadaña.
El aspecto de la iglesia queda un poco desvirtuado por un porche moderno añadido en la parte norte de la iglesia que deja oculta la portada.
En el exterior de la iglesia sobresale, además de la robusta torre, una colección de canecillos que rodean la cornisa del ábside, entre los que encontramos un músico tocando el laúd. En el interior del templo, resalta el arco triunfal y una pila bautismal con muchas cicatrices debido al paso del tiempo.
Dehesa de Romanos
La villa de Dehesa de Romanos se encuentra dividido en dos barrios. En el barrio de Arriba se encuentra la iglesia de San Martín, una construcción moderna sobre el emplazamiento de un templo románico. En el barrio de Abajo se puede ver una ermita dedicada a San Roque, hoy en ruinas.
La iglesia de San Martín, de estilo barroco, está levantada sobre una antigua construcción románica. Realizada en mampostería y una sola nave dividida en tres tramos cubiertos con bóveda de cañón con lunetos y bóveda de arista en el presbiterio. En el lado de la epístola se abre la portada, adintelada, precedida de pórtico. El retablo mayor data del siglo XVII y alberga obras artísticas tales como una escultura de San Martín, advocación del templo, de esa misma época.
Entre los dos barrios se ubica la iglesia de Santa Eugenia. Se trata de un buen ejemplo del románico en la Ojeda de finales del siglo XII. De esta época conserva el presbiterio, parte de la estructura del ábside y la portada. El resto del templo como la espadaña, el coro, la galería que protege la portada o la sacristía corresponden a importantes reformas llevadas a cabo en el siglo XVII. Es un templo de una sola nave con cubierta plana, arco triunfal apuntado que descansa sobre capiteles románicos. La portada, también románica, es quizá lo más llamativo de este templo; está formada por arco de medio punto y cuatro arquivoltas decoradas con motivos medievales y geométricos. En el presbiterio se haya el retablo mayor de principios del siglo XVII, con esculturas de Santa Eugenia, San Juan Bautista y un Calvario de la misma época.
Micieces de Ojeda
Entre campos y cultivos de secano se encuentra Micieces de Ojeda y la iglesia de San Julián y Santa Basilisa. Con muros de mampostería y cantería, la iglesia consta de tres naves separadas por pilares cilíndricos que soportan bóvedas de crucería y cañón apuntado en el presbiterio. Tiene una torre circular a los pies. En el lado del evangelio se abre la portada, adintelada.
Moarves de Ojeda
En esta pequeña villa palentina los pocos vecinos que quedan presumen orgullosos de su bien más preciado: la iglesia de San Juan Bautista. Se trata de una de las joyas más bonitas del románico palentino y deja boquiabiertos a quienes tienen el placer de visitarla. Será tal vez por tanto arte cincelado en sus muros, o tal vez por esa tonalidad rojiza de la piedra tan característica que la hace única, o tal vez sea porque nadie espera que un pueblo tan pequeño tenga algo tan grande entre las casas que quedan en pie. Esta iglesia, construida entre los siglos XII y XIII, deja sin palabras a los amantes del románico y ha sido declarada Monumento Histórico-Artístico en 1931.
Su famosa portada es conocida allende las fronteras. Entre dos ventanales bellamente decorados se abre la entrada al templo. Una portada de medio punto formada por cinco arquivoltas con diferente moldura apoyadas en bellas columnas con capiteles historiados de iconografía variada.
Sobre la portada, un magnifico friso escultórico que la corona, en el que aparece un Pantocrátor (escultura de Cristo sedente con la mano derecha alzada en actitud de bendecir y sosteniendo en la mano izquierda el libro de los Evangelios), rodeado de tetramorfos (símbolos de los cuatro evangelistas: ángel, águila, león y toro) y a ambos lados de la escena principal se reparten en dos grupos los doce apóstoles debidamente identificados (el artista colocó a cada uno diversos atributos y objetos que lo señalan, como libros, cruces o filacterias). El gran nivel de detalle de este conjunto y su buen estado de conservación no pasan desapercibidos.
Parece que el friso de Moarves de Ojeda toma influencia del que se encuentra en la iglesia de Santiago de Carrión de los Condes.
El interior de la iglesia de San Juan Bautista también merece su atención pues en él se conserva una bonita pila bautismal románica que reproduce, aunque con formas más sencillas, el apostolado del friso de la fachada sur. Su cronología es difícil de precisar, pero poniéndola en relación con el friso de la entrada, esta podría haber sido labrada en los inicios del siglo XIII.
También destacan las dos esculturas de madera de la Virgen con el Niño y la de San Juan Bautista, ambas del siglo XIV.



Montoto de Ojeda
Al remanso de un pequeño monte que le defiende de los fríos vientos del norte, se sitúa Montoto de Ojeda. En la cima de este monte se alza la iglesia de San Esteban, un bonito templo que ha sido muchas veces injustamente ignorado. Perteneciente al románico del siglo XII, aunque con algunos aditamentos posteriores, conserva gran parte de su esplendorosa época románica.
Desde fuera llama la atención el ábside y los trabajados canecillos que sostienen el alero. Ya en el interior son de interés las pinturas murales de diferentes épocas y estilos que conserva en sus paredes y dos bellos capiteles románicos elaborados con gran maestría que sirven de apoyo al arco triunfal. La pila bautismal es de piedra lisa y pertenece a la misma época que el templo. En el siglo XIII legó a la localidad un excepcional calvario, que hoy puede verse en el Museo Diocesano de la capital palentina. La puerta que da acceso al interior pertenece al románico cisterciense de inicios del siglo XIII. A finales del siglo XV se reformó el cuerpo del templo.
Nogales de Pisuerga
Muy cerca de Alar del Rey, a cuyo municipio pertenece, se encuentra Nogales de Pisuerga junto a la vega del río que le da nombre. Sobre un pequeño alto dominando el paisaje se levanta la iglesia de San Juan Bautista, con vestigios románicos en su construcción y decoración.
Su origen es del románico del siglo XII, aunque tiene reformas de épocas posteriores. Lo más llamativo es la espadaña románica debido a su escelente estado de conservación y su peculiar color rojizo que recuerda a la cercana iglesia de Santa María de Mave. También merece un especial detenimiento el ábside con canecillos historiados y la cúpula del cimborrio de esta iglesia rural. Los capiteles que forman las columnas están labrados como es habitual en el románico castellano.
Olmos de Ojeda
Situada en una fértil llanura, en plena comarca de la Ojeda, se ubica el antiguo Monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos, muy cerca de la localidad de Olmos de Ojeda. Es uno de los monumentos más significativos del románico palentino. Bajo estos muros venían a encerrar sus vidas las hijas de los reyes y las mujeres o viudas de los caballeros protagonistas de la Reconquista. Es un edificio de una sola nave con cabecera de tres ábsides semicirculares, crucero muy desarrollado y espadaña rematando el hastial de poniente.
la iglesia monástica de Santa Eufemia de Cozuelos fue declarada Monumento Histórico-Artístico en el año 1931. Presenta tres fases de construcción diferenciadas: de la primera mitad del siglo XII sería la cabecera; de la segunda mitad del siglo XII el crucero, el cimborrio y el ábside central, y ya entrado el siglo XIII se completó la obra con la construcción de la nave. En el costado sur se abre la que hoy es su portada principal, y en el hastial occidental bajo una espadaña triangular típica de la zona y un ventanal de medio punto, hay una segunda puerta de acceso al templo.


En el interior cabe destacar la cúpula levantada en la intersección entre la nave y el crucero, así como los capiteles románicos que ponen de manifiesto las tres etapas constructivas de la iglesia de Santa Eufemia de Cozuelos. También encontramos dos sepulcros escultóricos, uno de ellos anónimo y el otro, decorado con leones y flores de lis, alberga los restos de Doña Sancha Alfonso, hija del rey Alfonso IX de León.
Asimismo se conserva una curiosa colección de piedras, algunas prerrománicas del siglo IX, que aparecieron en el solar que ocupó el desaparecido claustro.
La iglesia de Santa Eufemia de Cozuelos y el museo se pueden visitar los viernes, sábados y domingos en horario de 11:30 a 14:00 horas, permaneciendo el resto de la semana cerrado al público. El precio de la entrada general es de 4 euros por persona.
En Olmos de Ojeda también puede verse la iglesia de San Miguel Arcángel, de origen gótico.
Payo de Ojeda
En Payo de Ojeda se encuentra la iglesia de Santa Justa y Santa Rufina, de estilo gótico, aunque conserva algunos elementos románicos en su estructura. Construcción de mampostería, formada por una nave cubierta con bóveda de cañón con fajones. Su presbiterio se cubre con bóveda de crucería con combados. Torre a los pies, de piedra. Portada en el lado de la epístola, de arco apuntado, con un pequeño relieve del Calvario, precedida de pórtico fechado en 1674.
El retablo mayor del presbiterio es del siglo XVII pero reformado en época neoclásica y con destacadas esculturas góticas de las Santa Justa y Santa Rufina, patronas de la localidad. Se conserva una exquisita pila bautismal románica adornada en su borde con entrelazados vegetales, aunque la copa se encuentra muy deteriorada por el paso del tiempo.
Perazancas de Ojeda
A muchos les sigue sorprendiendo que en un pueblecito tan pequeño como Perazancas de Ojeda se encuentren dos tesoros del románico palentino, una de las señas de identidad de la provincia. Estos son: la iglesia de la Asunción y la ermita de San Pelayo, dos templos cargados de arte e historia. Perazancas también conserva en arquitectura civil varias casas señoriales con sus blasones, entre ellas la casa blasonada del Inquisidor Antonio Bravo.
La ermita de San Pelayo es una de las iglesias más primitivas y originales de Palencia. Situada a las afueras del pueblo, en la carretera que conduce hasta Olmos de Ojeda, en ocasiones pasa desapercibida por su sencillo aspecto exterior. Destacan de ella las pinturas románicas que se conservan en el ábside, uno de los poco ejemplos de pintura románica en Palencia. Se construyó sobre los restos de una edificación anterior de origen prerrománico, la cual fue erigida en el año 1076 por el abad Pelayo, según reza una inscripción en sus muros.
Consta de una pequeña nave, cubierta de madera y ábside semicircular, que es la parte más antigua que se conserva. La entrada principal al templo es un arco de medio punto apoyado sobre capiteles mozárabes reaprovechados. En su interior destaca la cabecera, con decoración de arcos lombardos, en la que podemos ver algunos fragmentos de un importante conjunto de pinturas murales del siglo XII. La ermita de San Pelayo de Perazancas fue declarada Monumento Nacional en 1931 tres años después de aparecer en el muro absidal los frescos románicos, ocultos hasta entonces por varias capas de encalado.
La iglesia parroquial de Perazancas de Ojeda, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción, fue construida a finales del siglo XII. Aún conserva su portada original de tres arquivoltas que descansan sobre columnas con hermosos capiteles. La arquivolta intermedia está decorada por una orquesta de 16 músicos que tocan diversos instrumentos medievales. A pesar del desgaste de algunas de las figuras se aprecia las manos de un gran maestro cantero. En el interior de la iglesia, un ábside semicircular decorado con una sucesión de arcos trilobulados sustentados por capiteles vegetales, salvaguardan la pila bautismal. También se conserva de la época románica la espadaña.
También se halla en Perazancas el humilladero de las ánimas, del que dicen fue mojón divisorio de los reinos de León y Castilla.
Pisón de Ojeda
En Pisón de Ojeda destaca la iglesia de San Pelayo, un templo románico del siglo XIII con reformas importantes realizadas en el siglo XVIII. Tiene una nave dividida en tres tramos cubiertos con bóveda de cañón apuntado sobre arcos fajones que descansan en pilares y columnas. Conserva el ábside semicircular con ventanas románicas decoradas con cabezas de clavo. El el lado de la epístola se abre la portada formada por arquivoltas de medio punto.
Prádanos de Ojeda
Dos ejemplos más del románico palentino se encuentran en la localidad de Prádanos de Ojeda: la iglesia de San Cristóbal, que es el templo más grande de la comarca de la Ojeda, y la ermita de San Pedro.
La iglesia de San Cristóbal está situada en la parte más elevada del pueblo y fue erigida en las últimas décadas del siglo XII. Consta de dos naves y tres capillas en el lado del evangelio cubiertas con bóvedas de crucería. El presbiterio está cubierto con bóveda de horno. Se conservan restos de la antigua estructura románica, así como las puertas de madera de roble y varios capiteles. No obstante, es en líneas generales una iglesia renacentista, como se aprecia en el órgano de 1782 o el retablo mayor, aún más tardío.
La pequeña ermita de San Pedro, situada junto al Ayuntamiento, tiene fachada de piedra con doble puerta de arco de medio punto. Tiene una espadaña típica castellana. Consta de dos tramos cubiertos con bóveda de arista. En el interior coro alto de madera.
Quintanatello de Ojeda
En Quintanatello de Ojeda, se encuentra la iglesia de la Asunción, un edificio que data de comienzos del siglo XIII, aunque mantiene elementos de difenrentes épocas constructivas. Con crucero y una sola nave de tres tramos. Fajones y bóvedas de cañón apuntado. Destacan los capiteles de decoración vegetal de las columnas que sostienen los arcos de las bóvedas. Portada románica en el lado del mediodía con tres arquivoltas de medio punto, la central de ajedrezado jaqués y la exterior de fino baquetón y un ancho guardapolvo con motivos vegetales. A los pies coro alto del siglo XV. Espadaña románica triangular con tres troneras.
En Quintanatello de Ojeda existió una ermita, hoy desaparecida, cuya portada románica puede admirarse, reconstruida, en la Catedral de Palencia.
San Andrés de Arroyo
En un lugar apartado del valle de la Ojeda encontramos el Monasterio cisterciense de San Andrés de Arroyo que fue realizado entre los siglos XII y XIII, en la transición del estilo románico al gótico. La sala capitular, las tumbas de las primeras abadesas, las arquivoltas de la puerta de la iglesia forman un conjunto de piedras pluriseculares que acompañan el rezo coral y el trabajo de las monjas. No obstante, lo más singular de este monasterio es su claustro, uno de los lugares más especiales de la ruta por el románico palentino.
El monasterio de San Andrés fue fundado por la condesa Doña Mencía y la vida monástica permanece viva hoy en día, tras casi 850 años de continuidad, en el marco de la Congregación de Castilla. Sobre su fundación cuenta la leyenda que en un arroyo se halló hace muchos siglos una imagen de San Andrés, cuyo descubrimiento determinó la construcción de un monasterio donde dar culto a dicha reliquia.
El edificio fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931 y actualmente se encuentra dentro de la categoría de Bienes de Interés Cultural, tras la reforma llevada a cabo en la década de los cincuenta. Asimismo, el monasterio fue inspiración artística para muchas iglesias rurales de la comarca, en las que además se difundió el gusto por la decoración no iconográfica típica del estilo cisterciense. El monasterio se caracteriza por la elegancia de sus formas y la destreza en la talla que no deja indiferente a nadie.
En la entrada se conserva un rollo de justicia en representación de la potestad civil y penal que tenía la abadesa de San Andrés sobre las villas de su entorno.
Se pueden visitar tres partes del cenobio, la iglesia, el claustro y la sala capitular, correspondiendo lo demás a las dependencias de clausura de las monjas.
La iglesia: La puerta exterior de acceso es un bello ejemplo de portada tardorrománica, con las habituales arquivoltas, baquetones y capiteles de hojas de acanto. Se trata de un templo de planta de cruz latina con una sola nave de cinco tramos, crucero y cabecera triple. El ábside central es heptagonal y los dos ábsides laterales son de forma cuadrada.
El claustro del monasterio: La joya del monasterio es su claustro formado por arcos ligeramente apuntados que se apoyan sobre parejas de columnas con capiteles delicadamente decorados en los que predominan los motivos vegetales. Destacan las columnas de las esquinas, más gruesas y robustas, con fustes y capiteles bellamente esculpidos, que se alejan de los cánones del estilo cisterciense. En el centro del claustro hay una fuente traída del Palacio de Pedro I de Castilla de la localidad palentina de Astudillo.
La sala capitular del monasterio: Esta sala cuadrangular está cubierta con bóveda de crucería. Su acceso desde el claustro posee, además de una elegante puerta, cuatro ventanales apoyados en finas columnas con capiteles de hojas rizadas. Contiene dos sarcófagos decorados con motivos evangélicos: el de la primera abadesa del monasterio, la condesa Mencía, y el de su sobrina y segunda abadesa, la condesa María Díaz de Haro.
Horario de acceso al público y precio de la entrada: El precio de la entrada es de 5 euros por persona. Se recomienda comprobar en su página web el horario de apertura antes de ir, para comprobar posibles cambios, siendo con carácter general el siguiente:
- Mañanas: 11:00 – 12,30 horas
- Tardes: 16:00 – 17:45 horas
No obstante, el monasterio permanecerá cerrado al público desde el 16 de diciembre hasta el 2 de abril, así como los días de Jueves Santo y Viernes Santo.
San Pedro de Ojeda
En la localidad palentina de San Pedro de Ojeda, conocida por algunos como San Pedro de Moarves, se localiza sobre una elevación del terreno la iglesia de San Pedro Apóstol, del siglo XIII. Un humilde edificio de una sola nave en el que lo más destacable es su espadaña románica, muy habitual en las iglesias del románico norte de Palencia. También de esta época se conservan antiguos canecillos, el arco de triunfo y una estela medieval. El resto de la iglesia es fruto de una reconstrucción llevada a cabo en el siglo XVII. En el lado de la epístola se abre la portada precedida de pórtico.
Desde los pies del pequeño templo, se captan fantásticas vistas de la Montaña Palentina y el pico Curavacas.
San Quirce de Riopisuerga
San Quirce de Riopisuerga tiene dos ejemplos más del románico en la Ojeda: la iglesia de San Miguel Arcángel y, a las afueras de la población, la ermita del Santo Cristo. Además tiene las tres primeras esclusas del Canal de Castilla.
La iglesia de San Miguel, erigida durante el siglo XII, conserva restos románicos de una magnífica portada formada por cinco arquivoltas y hermosos capiteles. En su interior se conserva una pila bautismal románica gallonada. Interesantes son los relieves del altar mayor.
La ermita del Santo Cristo está situada en un cerro próximo al pueblo. Data de bien entrado el siglo XIII, ya en el románico tardío, y conserva su espadaña primitiva. La misa se decía al salir el sol y era costumbre al bajar de allí cortar la flor del saúco, medicinal para los ojos.
Santibáñez de Ecla
Santibáñez de Ecla es un municipio incluido en el Geoparque Las Loras, que cuenta entre su patrimonio con la iglesia de San Juan Bautista construida a comienzos del siglo XIV y con elementos tardorrománicos.
Su construcción está fechada en 1319 por lo que es uno de los últimos templos románicos levantados en Palencia. Es de una sola nave con ábside cuadrado y contrafuertes prismáticos. La portada es de arquivoltas de medio punto. En el muro sur se levanta una torre defensiva con un pasadizo interior para cruzar al otro lado. En el retablo mayor hay variedad de imágenes del siglo XVI.
Vega de Bur
En Vega de Bur encontramos otra iglesia de origen románico, la iglesia de San Vicente. Pese a que su base es románica, fue reedificada a finales del siglo XV y en la actualidad predomina el estilo gótico. En la capilla mayor podemos ver una bellísima ventana de tracería gótica y el retablo mayor barroco que ocupa todo el ábside. Tras el retablo, semi ocultos, se hallan dos bellos capiteles románicos. Las bóvedas son de crucería estrellada y hay una escalera de caracol, adosada a la espadaña, para subir al campanario. Se conserva la puerta principal de estilo románico y tres arquivoltas. Esta portada fue hecha a imitación de la que tiene el cementerio del pueblo, la cual fue traída de la desaparecida iglesia de San Tirso. En el exterior del templo, en una zona ajardinada, hay una pila bautismal carente de ornamentos.
Una pequeña reja incrustada es una de las paredes despierta nuestra curiosidad y es que Vega de Bur tuvo derecho de asilo eclesiástico; los perseguidos por las autoridades podían refugiarse en la iglesia y agarrándose a esta reja se libraban de la pena que sobre ellos pesara.
Las crónicas cuentan que en Vega de Bur se asentaba un castillo, el castillo de Ebur, en el lugar donde hoy en día se encuentra la ermita de la Virgen de Rebollar, un pequeño templo que mantiene una gran devoción popular.
La Vid de Ojeda
En el patrimonio de La Vid de Ojeda sobresale especialmente la iglesia de la Asunción. Consta de una nave dividida en tres tramos cubiertos con bóveda de crucería gótica. En el lado de la epístola se encuentra la portada, fechada en 1681, con arco de medio punto. Su mayor tesoro es un Calvario gótico del siglo XVI, considerado uno de los mejores de su estilo, y un retablo neoclásico en el que destaca una escultura triple de Santa Ana del siglo XIV.
Villaescusa de Ecla
En Villaescusa de Ecla está la iglesia de la Invención de Santa Cruz por Santa Elena. Se trata de un templo de una sola nave dividida en tres cuerpos y cubierta de bóveda de arista. Posee varios retablos neoclásicos con esculturas del siglo XVI.
Villavega de Ojeda
La iglesia de San Miguel es la protagonista del Villavega de Ojeda. Con una sola nave de cubierta plana y cañón apuntado con fajones en el muro oriental del presbiterio. Tiene un arco triunfal apuntado del siglo XVI. En el mismo lado se conserva una bonita ventana barroca fechada en 1763. El retablo mayor es de estilo rococó. Esta iglesia fue levantada en el siglo XIII, aunque de su época románica solo conserva la espadaña a los pies.