Capilotes y recuerdos

Muchos de nuestros recuerdos se forman en la infancia y yo recuerdo con anhelo los viajes en coche hasta Aguilar de Campoo.

El olor de sus galletas traspasaba las ventanillas del coche y se quedaba en tu nariz, antes incluso de ver las casas de la localidad. Recuerdo jugar en el parque como cualquier niño, trepando por la pirámide de cuerda hasta llegar a la cima. Y, siempre, antes de volver a casa, la parada en la tienda de Galletas Fontaneda era obligatoria.

También recuerdo los baños en al pantano de Aguilar, cuando todavía no conocía el mar, y la playa que se forma en la orilla del embalse cuando el nivel del agua ya ha bajado por el buen tiempo.

No obstante, cuando vuelven esos días a mi cabeza la imagen más recurrente son los campos de capilotes. El capilote es esa flor resistente que nace en el mes de mayo en los valles cercanos a la montaña, con la forma de una campanilla y un color amarillo muy vivo. Recuerdo arrancar unos cuantos y adornar la casa con jarrones y jarrones llenos de capilotes.

Esas excursiones, que siempre coincidían en domingo, solíamos hacer un pícnic en los alrededores del valle, en los que nunca faltaba la tortilla de patatas que comíamos con la Montaña Palentina como paisaje.

Alguna vez, con suerte pudimos ver algún ciervo en las montañas que hay detrás del valle. Ese valle, que en primavera siempre es de color verde intenso, y por lo que siempre me ha gustado más el norte de España que la sequía del sur.

Recuerdo llegar a casa, ya de noche, y hacer los ramos de capilotes cuidadosamente, procurando que las flores quedaran de forma armoniosa en los jarrones. Solíamos colocar uno en cada habitación para que dejasen su aroma por toda la casa. A la mañana siguiente intentábamos plantar algunos de ellos en el jardín, pero nunca resistían hasta el año siguiente.

Hoy en día esto no sería posible. Los capilotes están incluidos en el Catálogo de Flora Protegida de Castilla y León, en la categoría de especie con aprovechamiento regulado. Esto significa que hay un límite máximo para recolectarlo que se establece en 20 flores o bulbos. Se puede consultar el Decreto de la Consejería de Medio Ambiente de Castilla y León aquí.

Capilotes, flores en la Montaña Palentina
Narcissus

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